martes, 18 de enero de 2011

Musas 4


Con la mano izquierda tómó la chaira y, con la derecha, el cuchillo de chef que deslizó suave pero firmemente a través de la carne una vez, dos veces, tres veces. Cada vez más fuerte. Luego, desde la punta, enterró el cuchillo gentilmente en la zona de las cervicales e hizo trazos cortos y rápidos hacia abajo teniendo cuidado de no lastimar la carne y, separando las zonas done la piel estaba pegada con el hueso, llegó hasta la zona de los isquiones donde se topó con la pelvis que no quería dañar. Dejó el cuchillo y tomando con cada mano un lado de la piel abierta, abrió fuertemente hasta dejar expuestas las víceras y la moronga que tenía por sangre. Tomó el cuchillo nuevamente. Abrió los riñones y el hígado que rellenó con una delicioa mezcla de acitrón, carne de cerdo y nuez que tanto gusta para comerse en Navidad.

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