sábado, 17 de enero de 2009

¡ay decepción! ¿donde te habías metido?


Donde estabas que me había olvidado de ti. Vieja compañera, tú si que te las cobras caras. Está bien que me haya olvidado de ti durante tanto tiempo, pero pensé que me buscarías en otros lugares. No en mi casa, no en mi sangre. Particularmente en casa me causó un conflicto, que a la fecha, tengo aún porque no atisbo la solución.
Vamos, ese jugarreta te la dí por buena, y sin más remedio, me dediqué a pensar en tu victoria. Luego, la situación se normalizó -como los niños que aprenden a ver a sus padres separados- y te alejaste de mí.
No conforme con eso, me hiciste la vida de cuadritos y me acostumbré a cargarte siempre en mis espaldas, y así, a pesar de que nunca te separaste de mí, te olvidé. Supongo que eso fue lo que te molestó, que al parecer ya no podías hacer nada para dañarme y me jugaste el más sucio de tus trucos: me atacaste por mi lado ciego.Y lo acepto, me venciste de nuevo, pero esta no fue sólo tu victoria y lo sabes, te valiste de amor, de amores perdidos que quieren cerrarse (por favor, ¿que valgo tanto para ti que tantas mentiras gastaste para hacerme daño?). Pero lo más vil, fue que llamaras a tu hermano el olvido y a tu hermana la indiferencia. Ahora mi vida está llena de ellos, y todo te lo agradezco a ti: "Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo.
Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra.
Nueve para los Hombres Mortales condenados a morir.
Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."*
Te odio y odio a todos los recuerdos que me asocian contigo. La vida no cambia, y mucho menos las personas.Debi haber sabido que si bajaba la guardia los dogmas me tomarían por sorpresa.Pero te agradezco el tiempo, que no hay, o tal vez no existió nunca pero que siempre quise ver ahí donde no había. Sólo de amor no vive el hombre, es un hecho, pero si se lo quitas o se lo disminuyes, lo matas.

*"El señor de los anillos" J.R.R. Tolkien

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